Alguna vez te has preguntado si lo que acontece en tu vida es casualidad o destino. Te cuento que todos tenemos un camino escrito que seguir, pero que a su vez puede ser modificado por nuestro libre albedrío. ¿cómo es eso? Es como cuando viajas y está programado visitar los lugares más importantes de la región, y sin embargo visitas, por decisión propia, también otros sitios que no tenías presentes en el plan original provocando modificaciones pequeñas pero esenciales en el viaje.
Nosotros podemos modificar nuestro destino, pero no desviarlo. Nosotros elegimos llevarlo con virtud o con malicia. Pues somos susceptibles de transformamos en lo que queramos incluso cuando nuestro destino determina nuestro andar. Y es curioso como el destino puede presentarse. En ocasiones sentimos que cuando alguien nos hace un mal o un obstáculo nos hace frente estamos condenados a sufrir por el destino. Pero no. El destino se encarga de encontrarnos con obstáculos para que luego podamos superarlos y lleguemos a alcanzar la meta que está diseñada para nosotros. Si alguien, por ejemplo, te ha hecho daño, seguro el destino lo ha puesto en tu vida para que tú desarrolles la capacidad de perdonar. Pues ¿Cómo podrías perdonar si no tienes con quien accionar tu perdón?
Ahora bien, ten cuidado si en tu camino existen llamadas de atención, como las coincidencias; seguramente te has desviado demasiado y tendrás que regresar a tu riel de vida. Las señales te indicarán el camino de regreso. Pon mucha, pero mucha atención a nombres repetidos, números (capicúa) repetidos, objetos repetidos, etc. Ellos te indicarán hacia dónde dirigirte. Trata de comprender las señales. Si de plano no te llevan a ningún lado; enciende una veladora y pídele a tus seres de luz te guíen por el mejor camino. Poco a poco el panorama se te irá aclarando.
A continuación, tres puntos para no desviarte extremadamente de tu destino:
1) Deja ir cuando algo o alguien no es para ti. No te aferres cuando un “no” es claro en tu trayecto.
2) Acepta los retos o oportunidades que se te presenten; ellos fortalecerán tu camino.
3) Se tú. No tengas miedo de accionar tu intuición. Pues tu destino se manifiesta libremente a partir de ella.